Cada etapa de la vida tiene sus dones que aportar a la construcción del Reino de Dios. Las personas jubiladas tienen nuevas posibilidades de compromiso voluntario. Todos tenemos esta experiencia pastoral: una de las razones que se suelen esgrimir para no comprometerse en una responsabilidad apostólica es la de la falta de tiempo. Muchas personas exhiben este motivo. En algunos casos puede funcionar como excusa. En otros es muy real.
Director Académico de los Estudios Universitarios sobre la Familia. Presentación Una antropología adulta…. Pero esta afirmación y todo lo que implica resultaría coja si no se subrayara con vigor un nuevo elemento, fundamental y decisivo: la diferenciación de la persona humana en masculina y femenina. Sin semejante descubrimiento, y cuanto de él se desprende, resulta imposible apreciar toda la riqueza que corresponde a la «humanidad»: estaríamos alce un saber adulto, pero no suficientemente maduro. Y no se trata solo de que la mujer ostente de ordinario unos atributos diferentes de los que caracterizan al varón, de forma que si excluimos a una u otro lo propiamente humano resulta manco y disminuido. La presencia de la mujer hace despertar en el hombre cualidades que sin ella quedarían como adormecidas, lo mismo que sin el amor masculino la feminidad no lograría un pleno desarrollo. Y madura.
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