C Primer. En cuanto conozcamos la esencia de todas las cosas, habremos alcanzado el estado de perfección que nos habíamos propuesto. Para conseguir que nuestras intenciones sean rectas y sinceras debemos actuar de acuerdo con nuestras inclinaciones naturales. Cuando el alma se haya agitada por la cólera, carece de esta fortaleza; cuando el alma se halla cohibida por el temor, carece de esta fortaleza; cuando el alma se halla embriagada por el placer, no puede mantenerse fuerte; cuando el alma se halla abrumada por el dolor, tampoco puede alcanzar esta fortaleza. Cuando nuestro espíritu se haya turbado por cualquier motivo, miramos y no vemos, escuchamos y no oímos, comemos y no saboreamos. Raras veces los hombres reconocen los defectos de aquellos a quienes aman, y no acostumbran tampoco a valorar las virtudes de aquellos a quienes odian. En cuanto empiezan a desarrollarse tales pasiones sin sobrepasar cierto límite, nos hallamos en un estado denominado armónico o equilibrado.
En el presente trabajo se defiende, en cambio, una concepción de la armonía centrada en el tipo de relación que la amistad es. Palabras clave: amistad impersonal, relación, disposición, virtud, apretura de obligaciones. No resulta difícil aceptar que la amistad implica una relación de afecto y cuidado mutuo, una relación en la cual la prejuicio por el otro no deriva de consideraciones instrumentales en torno a bienes estrictamente personales. Este planteamiento supone una concepción de la virtud y de lo valioso independiente de la relación misma, a partir de la cual se justifica la amistad.
En muchas ocasiones puede llegarnos a exasperar ver cómo nuestro hijo o hija adolescente malgasta su tiempo libre. No es que nos moleste que esté a gusto en casa Nos damos cuenta de que los chicos necesitan amigos: la verdadera amistad es un tesoro que han de descubrir cuanto antes. Sin pretender agotar la casuística, el adolescente casero responde, por lo general, a uno de estos cuatro perfiles: 1.
Casi perfecta. David es responsable, noble y sensible. Es decir, dos hijos completamente normales. Cómo dominar las situaciones diarias: recetas para las cefaleas paterno-filiales Situaciones de discusión y desobediencia suceden en todas las casas: los hijos necesitan desafiar a sus mayores, bordear los límites disciplinarios y en definitiva objetar. Cuida el estilo general de la relación, sin esperar a los momentos críticos Trata a quienes te rodean como invitados.