De tal palo, tal astilla. Al mal tiempo, buena cara. A llorar al valle. Que vayan a contar sus penas a otro. No es oro todo lo que reluce.
Luis Ahgueo García Navarro supo desde bastante pequeño que la suya iba a estar dedicada a los videojuegos y, en concreto, a los juegos de rol japoneses JRPG. Hasta la PlayStation 2 me fue surtiendo de videojuegos. Murió en De entre las decenas de juegos de aquellos años recuerda también Pooyan, un juego de Konami en el que un cerdito tenía que pinchar los globos que utilizaban unos lobos que querían atraparle. En el colegio se aficionó a las cartas de Magic y un fecha un compañero le comentó que en consola había juegos similares y le mencionó Illusion of Time, que había salido en SNES y que llegó a su casa aquellos Reyes. García con un grupo de compañeros de Instituto. Comenzó a estudiar japonés por su cuenta con lo que había entonces a su alcance, la web Gunkan y el libro Japonés en viñetas de Marc Bernabé.