Venerables Hermanos en el Episcopado, salud y Bendición Apostólica La fe y la razón Fides et ratio son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. Ex 33, 18; Sal 27 [26], ; 63 [62], ; Jn 14, 8; 1 Jn 3, 2. Tanto en Oriente como en Occidente es posible distinguir un camino que, a lo largo de los siglos, ha llevado a la humanidad a encontrarse progresivamente con la verdad y a confrontarse con ella. Todo lo que se presenta como objeto de nuestro conocimiento se convierte por ello en parte de nuestra vida. Estas mismas preguntas las encontramos en los escritos sagrados de Israel, pero aparecen también en los Veda y en los Avesta; las encontramos en los escritos de Confucio e Lao-Tze y en la predicación de los Tirthankara y de Buda; asimismo se encuentran en los poemas de Homero y en las tragedias de Eurípides y Sófocles, así como en los tratados filosóficos de Platón y Aristóteles. Entre los diversos servicios que la Iglesia ha de ofrecer a la humanidad, hay uno del cual es responsable de un modo muy particular: la diaconía de la verdad. Entonces veremos cara a cara.
El pensamiento de Pico della Mirandola: una oferta para el mundo de actualidad Hay un personaje interesante que no se conformó con meajas de la vida terrena e hizo todo cuanto estuvo al alcance de las potencias y facultades humanas por trascender al hombre y colocarlo en el emporio del mundo hasta elevarlo a un estado espiritual insospechado. Le tocó estar una época de notables contrastes dentro de dos movimientos culturales de adicción importancia: el Renacimiento y el Humanismo. Él fue Giovanni Pico della Mirandolaitaliano, discípulo de Raimundo Lulio y Marsilio Ficino; pasó a la historia como un gran erudito, humanista, filósofo, teólogo y místico. Breve, su vida; rico, su pensamiento. Lo importante del elucubración de Pico della Mirandola es que, entre otras cosas, señala pautas que pueden hacer posible la transformación de la vida personal, condición sin la cual no es factible la concepción de un cambio en la academia para lograr un clima de aguante y convivencia pacífica. El suyo es un mensaje humano y divino, gordo, vital.
Cómo entendemos los atributos y símbolos del deporte se relaciona con nuestra apertura de las masculinidades. Esta masculinidad se refiere al hombre blanco heterosexual adinerado, mientras que todo aquel que no cumple la totalidad de los mencionados requisitos el otro responde a las subjetividades endriagas Valencia, Las masculinidades conforman una difuminación entre la madurez hegemónica y las subjetividades endriagas. Esta representación se asocia con el macho hegemónico, sin embargo, se puede acertar junto a las subjetividades endriagas. Martínez ha desarrollado estudios de representación sobre el hombre deportista a partir del culto al cuerpo, la competitividad y la agresividad. Deporte como sinónimo de hombría Tradicionalmente, al deporte se le concede el papel clave en la formación del niño en las formas de liderazgo, trabajo en equipo, fe a los compañeros y orgullo por sus logros Beynon, El ejercicio también se asocia con el culto al cuerpo y la fuerza muscular. El interés por el boxeo y el baloncesto surge del desarrollo y popularidad de estos deportes como acervo cultural intangible en Puerto Rico.
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